22 de septiembre de 2025

controlandoelejido.com

Tu Portal digital dominicano en new york

Abogados del “juicio del siglo” exigen recusación de fiscal del Vaticano por presunto conflicto de intereses

Vaticano
Compártelo en tus redes

Los abogados defensores en el llamado “juicio del siglo” de la Santa Sede solicitaron este lunes la recusación del fiscal del Vaticano, Alessandro Diddi, durante la apertura del juicio de apelación.

Según argumentaron, el fiscal estaría implicado en un comportamiento cuestionable a partir de cientos de mensajes privados de WhatsApp que han sacudido el proceso.

El presidente del tribunal, el arzobispo Alejandro Arellano Cedillo, aceptó las mociones y ordenó a Diddi responder en un plazo de tres días. La decisión evidencia cómo los mensajes han alterado el terreno en la investigación más ambiciosa del Vaticano sobre presuntos delitos financieros.

En este proceso, que involucra la inversión de 350 millones de euros (412 millones de dólares) en una propiedad en Londres, nueve personas fueron condenadas en 2023 por diferentes cargos financieros.

El principal acusado fue el cardenal Angelo Becciu, antiguo confidente del papa Francisco y considerado en su momento un posible candidato al papado. Becciu cayó en desgracia tras ser destituido y acusado de falta de ética financiera por el difunto pontífice.

La investigación dio un giro en 2020 cuando monseñor Alberto Perlasca, señalado inicialmente como sospechoso principal, cambió su versión y se convirtió en testigo clave contra Becciu. De esta manera evitó ser imputado y pasó a colaborar con la fiscalía.

En fechas recientes, miles de páginas de chats y audios de WhatsApp revelaron los antecedentes de ese cambio. Los mensajes sugieren una conducta irregular de la policía vaticana, del propio Diddi e incluso del papa Francisco.

En ellos se documenta el papel de Francesca Chaouqui y Genevieve Ciferri, quienes habrían persuadido a Perlasca para volverse contra su antiguo superior. Aunque las afirmaciones no han sido verificadas, la defensa sostiene que la investigación estuvo contaminada desde el inicio y que los acusados nunca tuvieron un juicio justo en el Vaticano, un Estado donde el papa intervino en apoyo de los fiscales.

La existencia de los mensajes salió a la luz en 2022, cuando Diddi informó al tribunal que Ciferri le había entregado 126 conversaciones con Chaouqui. El fiscal presentó parte de ellas como evidencia, pero excluyó la mayoría, lo que llevó a la defensa a denunciar ocultamiento de pruebas. Tras las condenas, Ciferri entregó la totalidad de los chats y otros miles de mensajes a la defensa de uno de los acusados, que desde entonces han circulado en el proceso.

Según la defensa, los registros adicionales demuestran que Diddi mantuvo más de 126 interacciones con Ciferri y que ella le siguió enviando contenido durante cuatro días, a pesar de que el fiscal afirmó haberla bloqueado después de la primera noche. Además, los chats sugieren supuestos “contactos irregulares” de Diddi con Perlasca.

Los abogados también señalaron un archivo de audio donde el comisionado de policía del Vaticano, Stefano De Santis, habría dado instrucciones a Chaouqui sobre cómo influir en Perlasca para que implicara a otros sospechosos. Tras cambiar su testimonio, Perlasca no solo evitó ser procesado, sino que fue considerado parte perjudicada en el juicio y luego se desempeñó como fiscal en otro tribunal vaticano.

“Todavía no sabemos si lo que surge de los chats y grabaciones de audio es cierto, pero es evidente que parecen mostrar —salvo fanfarronadas que deben verificarse— una preocupante implicación de los investigadores en el condicionamiento del testimonio de Perlasca”, escribieron los abogados de los principales acusados al solicitar la recusación del fiscal.

Durante la audiencia, celebrada en el Palacio Apostólico, Diddi agradeció a la defensa la oportunidad de responder y aseguró que tomará los tres días otorgados para “expresar mis pensamientos con calma y disipar las dudas surgidas en los últimos meses sobre la investigación”. Tras su intervención, abandonó la sala y otros fiscales asumieron la acusación.

Si Diddi no se recusa, el caso pasará al Tribunal de Casación del Vaticano, presidido por el cardenal estadounidense Kevin Farrell, cercano al papa Francisco. Farrell fue señalado en el pasado por haber mostrado una carta en la que el pontífice, antes de su muerte, expresaba que no deseaba que Becciu participara en el cónclave para elegir a su sucesor.