Los países ricos han adquirido hasta seis veces las dosis que requieren para su población y dejan el estante vacío para los pobres en la carrera por la inmunidad contra el COVID-19 que a la fecha ha provocado la muerte de más de un 1.6 millones de personas e infestado a 75.1 millones.
Al contar con los recursos para la compra de las inoculaciones, mucho antes de estas producirse y de que hubiera garantía de cuál de la vacuna fuese exitosa, las naciones desarrolladas se resguardaron cubriendo sus apuestas con varias candidatas, detalla en un reportaje el periódico The New York Times.
La investigación señala que, si recibieran todas las dosis solicitadas, la Unión Europea podría inocular dos veces a sus residentes, el Reino Unido y Estados Unidos podrían hacerlo cuatro veces y Canadá seis.
El cálculo se realizó en un análisis de datos de The New York Times sobre los contratos para las vacunas que reunieron la Universidad de Duke, Unicef y Airfinity, empresa que analiza datos científicos.