5 de septiembre de 2025

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Crecen alarmas por transición anticipada del poder de Ortega hacia su esposa en Nicaragua

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La muerte de dos opositores bajo custodia estatal ha encendido las alarmas entre exiliados y defensores de derechos humanos en Nicaragua, quienes advierten que el país atraviesa una transición anticipada de poder de Daniel Ortega hacia su esposa Rosario Murillo.

Ortega, que cumplirá 80 años en noviembre y cuya salud se ha deteriorado visiblemente, ha cedido cada vez más funciones a Murillo, quien fue nombrada copresidenta hace siete meses tras una reforma constitucional.

El 25 de agosto, Estados Unidos denunció la muerte del opositor Mauricio Alonso, detenido semanas antes. Días después, el cuerpo del abogado Carlos Cárdenas, arrestado el 15 de agosto, fue entregado a su familia sin que las autoridades hubieran reconocido su detención.

“En una semana se entregaron los cuerpos de dos personas que fueron desaparecidas. Es una nueva etapa que lleva el sello de Murillo”, declaró a la AFP Arturo McFields, exembajador nicaragüense en Washington.

Para Juan Pappier, directivo de Human Rights Watch, estos hechos forman parte de una nueva fase represiva que también busca fortalecer el liderazgo de Murillo ante un eventual relevo de poder.

Purgas internas y concentración del mando

En los últimos meses, el régimen ha encarcelado a históricos comandantes sandinistas como Bayardo Arce, Álvaro Baltodano y Henry Ruiz, además del jefe de la escolta de Ortega, Marcos Acuña.

Según analistas, la llamada “era Murillo” se distingue por la destitución y arresto de figuras con larga trayectoria en el sandinismo, incluso de aliados cercanos. Entre los detenidos se encuentra el hijo de Carlos Fonseca, fundador del Frente Sandinista.

“Intentan hacer una limpieza sobre a quién mantener o no en el círculo cercano al poder”, señaló Santos Méndez, coordinador de la Comunidad Nicaragüense en Guatemala.

Ortega debilitado, Murillo en ascenso

En sus apariciones públicas más recientes, Ortega se ha mostrado con dificultades para caminar y con un aspecto deteriorado. Según el médico exiliado Richard Sáenz, que atendió a la familia presidencial, el mandatario padece lupus e insuficiencia renal.

“Hay un esfuerzo claro y evidente de Rosario Murillo por estar lista para el día que la salud de Ortega se deteriore o fallezca”, advirtió Pappier.

Murillo, de 74 años, ya ejerce mando militar. En el último aniversario del Ejército, fue ella quien entregó los galones de ascenso a oficiales, una función que hasta ahora realizaba Ortega.

Un poder en familia

Murillo comenzó a consolidar su influencia desde el regreso de Ortega al poder en 2007. Primero fue vocera del gobierno, luego vicepresidenta y, finalmente, copresidenta. Su ascenso se fortaleció tras la denuncia por abuso sexual presentada en 1998 por su hija Zoilamérica Narváez contra Ortega, y después con las protestas opositoras de 2018, que dejaron más de 300 muertos.

Hoy, salvo Zoilamérica, todos los hijos de la pareja tienen posiciones de poder en el Estado o en empresas públicas. Laureano Ortega, considerado el más influyente, lidera las relaciones con Rusia y China, dos aliados estratégicos del régimen.

Lamentablemente Nicaragua es la versión de Corea del Norte del hemisferio occidental”, concluyó Pappier.