Alrededor de 30,000 personas se dieron cita desde primera hora de este domingo en la basílica romana de Santa María la Mayor para rendir homenaje a la tumba de Francisco, la cual fue abierta al público por primera vez. Las largas filas de espera atestiguan el fervor de los fieles que desean visitar el sepulcro del pontífice argentino.
Desde la apertura de la basílica a las 07:00 hora local (05:00 GMT), Santa María la Mayor se ha convertido en un lugar de culto aún más concurrido. En el interior, el papa reposa en su tumba de piedra, tenue y solemnemente iluminada, donde fue sepultado en una ceremonia privada tras su multitudinario funeral el sábado.
Desde una hora antes de la apertura de la iglesia, aproximadamente 200 personas ya hacían fila para ingresar, y durante el transcurso del día, algunas llegaron a esperar hasta dos horas para poder rendir sus respetos.
El papa argentino fue despedido con un funeral solemne en la plaza de San Pedro del Vaticano el sábado, tras el cual su féretro recorrió la Roma monumental en un emotivo cortejo fúnebre hasta llegar a Santa María la Mayor. Este antiguo templo, uno de los cuatro papales de la ciudad y con orígenes que se remontan a un milagro milenario, fue elegido por Francisco para su sepultura, ya que alberga la imagen de la Virgen de la que era profundamente devoto, la ‘Salus Populi Romani’.
La sepultura, situada a un lado de la capilla que la acoge, cumple con el deseo del papa expresado en su testamento: una lápida sencilla de piedra de Liguria, la tierra de sus antepasados italianos, con la única inscripción ‘FRANCISCUS’ en latín.
