
No se establece como un día no laborable, pero adquiere un profundo significado como símbolo del rechazo al autoritarismo y como reconocimiento a quienes lucharon y dieron sus vidas por la liberación del pueblo dominicano.
Santo Domingo.– El 21 de mayo de 2021, el Poder Ejecutivo de la República Dominicana emitió el decreto 335-21, mediante el cual se declaró el 30 de mayo de cada año como “Día de la Libertad”. Esta disposición oficial establece una conmemoración anual que busca mantener viva la memoria histórica y rendir homenaje a todos aquellos que lucharon por el restablecimiento de la democracia en el país, especialmente a quienes ofrendaron sus vidas en defensa de los derechos fundamentales y las libertades públicas.
La fecha elegida tiene un profundo significado histórico, ya que el 30 de mayo de 1961 marcó el fin de más de tres décadas de dictadura con el ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina. Este acontecimiento representó un punto de inflexión para la sociedad dominicana y abrió el camino hacia un proceso de apertura democrática, aunque lleno de desafíos pero que transformaría la vida política del país.
Con la instauración de este día se pretende resaltar el valor de la justicia, el respeto a los derechos humanos y el fortalecimiento del sistema democrático.
Actividades del Día de la Libertad:
Según establece el decreto, la fecha será recordada con actos conmemorativos organizados por el Ministerio de Educación y otras instituciones del Estado, los cuales tendrán un carácter educativo y reflexivo. El objetivo es fomentar en las nuevas generaciones una conciencia crítica sobre la historia reciente del país, promoviendo valores democráticos y el rechazo a toda forma de autoritarismo.
La declaración esta conmemoración se inscribe en los esfuerzos del gobierno por preservar la memoria histórica y garantizar que hechos determinantes como el fin de la dictadura no sean olvidados. Con esta medida, se busca también fortalecer la identidad nacional en torno a valores como la dignidad, la justicia y la libertad, pilares esenciales para la convivencia en un estado de derecho.