
Miles de ciudadanos alzaron su voz en Punta Cana para exigir soluciones ante la inmigración irregular y reafirmar la soberanía nacional.
Este fin de semana, la comunidad de Friusa, en el corazón de Punta Cana, se convirtió en el epicentro de un mensaje contundente: el pueblo dominicano exige acciones urgentes frente a la creciente inmigración haitiana irregular. Con consignas, banderas y una organización impecable, la Marcha Friusa reunió a miles de ciudadanos de todas las edades, quienes, de manera pacífica pero firme, pidieron al Estado mayor control fronterizo y políticas migratorias claras.
Un llamado desde las comunidades
Bajo el lema “No somos xenófobos, somos soberanos”, los manifestantes destacaron que la preocupación no surge de la discriminación, sino de la presión que genera la migración descontrolada en servicios públicos como salud, educación y seguridad. “No nos oponemos a quienes buscan oportunidades, pero el Estado debe garantizar que esto ocurra de forma ordenada y legal”, expresó María Rodríguez, una maestra residente en Verón.
El evento, organizado por líderes comunitarios y grupos civiles, evitó discursos de odio y se centró en exigir soluciones institucionales. “Esto no es contra el pueblo haitiano, sino a favor del respeto a nuestras leyes”, insistió Juan Pérez, coordinador de la marcha.
Contexto crítico
La marcha ocurre en medio de una crisis humanitaria en Haití, agravada por la violencia de pandillas, la inestabilidad política y el colapso económico, factores que han impulsado a miles de haitianos a cruzar hacia República Dominicana. Según datos oficiales, en 2023 las deportaciones superaron las 100,000 personas, pero comunidades fronterizas insisten en que la cifra no refleja la realidad.
Mientras organizaciones internacionales piden “compasión”, muchos dominicanos argumentan que la carga recae desproporcionadamente sobre ellos. “No podemos ser el único sostén de una crisis que requiere atención global”, afirmó Ana Martínez, economista y participante de la protesta.
Respuestas y camino a seguir
El gobierno no ha ignorado el clamor. Recientemente, se anunció el reforzamiento del cerco fronterizo y la modernización de los sistemas de control migratorio. No obstante, los manifestantes piden acelerar estos procesos y aplicar medidas más contundentes, como la revisión de acuerdos binacionales y sanciones a empleadores de migrantes irregulares.
Un mensaje más allá de la frontera
La Marcha Friusa trasciende lo local: es un recordatorio de que la estabilidad de La Española requiere cooperación internacional. Mientras República Dominicana urge a la comunidad global a intervenir en Haití, la sociedad pide equilibrio entre solidaridad y protección de sus derechos.
El éxito de la movilización en Friusa no solo radica en su masiva participación, sino en su tono consciente y constructivo. Lejos de promover divisiones, la ciudadanía demostró que es posible defender la soberanía sin renunciar a la empatía. El desafío ahora está en manos de las autoridades: actuar con celeridad y diálogo, antes de que la paciencia se agote.