Manuel Rubén Abimael Guzmán Reynoso, peruano, murió un día como hoy, el sábado 11 de septiembre de 2021, en la base naval del Callao, donde cumplía, desde el 1992, una condena a cadena perpetua por el delito de terrorismo con agravantes.
Guzmán falleció, en aquel entonces, a las 6:40 hora local debido a “complicaciones en su estado de salud”, de acuerdo al Comité Técnico del Centro de Reclusión (CEREC) de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao.
Abimael Guzmán Reynoso nació el 3 de diciembre de 1934 en Mollendo, Arequipa (es una ciudad peruana, la Capital Jurídica del Perú. La urbe también responde a los apelativos de la Ciudad Blanca y el León del Sur).
Era conocido por el nombre de guerra “camarada o presidente Gonzalo” o “camarada Juan” (pseudónimo usado para contactarse con sus aliados en el extranjero).
Fue hijo natural de Abimael Guzmán Silva, un contador que tuvo 10 hijos con mujeres distintas, y de Berenice Reinoso Cervantes. Nacido de una relación ocasional, su padre lo reconoció doce días después de su nacimiento.
En 1940, se embarcó junto a su madre hacia Sicuani debido a la relación que inició Berenice con un comerciante palestino.14 Sin embargo, el comerciante palestino no aceptaba a Abimael por lo que su madre, en 1942, partió junto a Abimael de Sicuani (Cuzco) hacia Arequipa y en Arequipa tomaron un bus hacia Chimbote.
Al terminar el colegio, Abimael decidió postular a la Escuela de Infantería del Ejército, pero, a la edad de 19 años, comenzó sus estudios superiores de Derecho y Filosofía en la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), en Arequipa.
Allí fue delegado estudiantil de la Facultad de Letras. Sus compañeros de clase luego lo describirían como tímido, disciplinado, obsesivo y ascético.
Atraído por el marxismo, su pensamiento político fue influido por el libro Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana de José Carlos Mariátegui, fundador del Partido Comunista Peruano, a la par que defendía en disputas ideológicas a Iósif Stalin.
Además, leyó el “Manifiesto Comunista” (de Marx y Engels), “El imperialismo, fase superior del capitalismo” (de Lenin), “El Estado y la revolución” (de Lenin), “Qué hacer” (de Lenin), “Los fundamentos del leninismo” (de Stalin), “La nueva democracia” (de Mao), “Anti-Dühring” (de Engels), “El Capital” (de Marx), entre otros libros marxistas.
En 1962 Guzmán fue contratado como catedrático de filosofía por el rector de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (UNSCH), en Ayacucho, ciudad situada en el centro de los Andes peruanos.
Por aquel entonces era conocido como “Camarada Álvaro”. El rector de la UNSCH era Efraín Morote Best, un antropólogo que algunos consideran el verdadero líder intelectual de Sendero Luminoso (Guzmán lo conocería a través de Luis Lumbreras y Álvaro Villavicencio).
Por iniciativa de Morote, Guzmán estudió quechua, lengua hablada por la mayor parte de la población andina previa a la colonización española; a la par se volvió activo en círculos políticos de izquierda. Morote, además, impulsó el ingreso de profesores politizados de la Universidad Enrique Guzmán y Valle “La Cantuta” a la UNSCH.
ACTIVIDAD EN SENDERO LUMINOSO (1980-1992).-
En sus inicios, Sendero Luminoso se redujo a círculos académicos en las universidades peruanas. Sin embargo, a comienzos de la década de 1980, el movimiento se convirtió en un grupo subversivo centrado en Ayacucho.
El 17 de mayo de 1980 el grupo proclamó el inicio de la lucha armada contra el Estado peruano. Su primera acción fue la quema de papeletas electorales en Chuschi, un pueblo cercano a Ayacucho, con el propósito de irrumpir contra las primeras elecciones que se celebraban en Perú desde 1963, debido a la interrupción de la democracia por parte del gobierno militar.
Posteriormente, Sendero Luminoso creció hasta llegar a controlar vastos territorios rurales en el centro y sur del país, teniendo presencia incluso en áreas cercanas a Lima en donde perpetraron numerosos ataques terroristas. El propósito de la campaña armada de Sendero era desmoralizar y socavar al Gobierno y pueblo peruanos para crear una situación conducente a un golpe de Estado que llevase a los terroristas al poder.
LA COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIÓN.-
La Comisión de la Verdad y Reconciliación del Perú (CVR) fue creada en el año 20011, en un difícil contexto político, luego de que el presidente Alberto Fujimori abandonara el país rumbo al Japón y durante el gobierno transicional de Valentín Paniagua.
El objetivo principal de la CVR era investigar los crímenes y violaciones de derechos humanos ocurridos entre mayo de 1980 y noviembre del 2000, a cargo de los actores del conflicto armado interno, esto es, el Estado peruano y los grupos subversivos Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). El nuevo gobierno de Alejandro Toledo reafirmó la vigencia de la CVR, amplió el número de comisionados a doce y cambió su denominación añadiendo el término “reconciliación”.
La CVR considera que la causa inmediata y fundamental del desencadenamiento del conflicto armado interno fue la decisión del PCP-SL de iniciar la lucha armada contra el Estado Peruano, a contracorriente de la abrumadora mayoría de peruanos y peruanas, y en momentos en que se restauraba la democracia a través de elecciones libres.
La CVR ha comprobado que el PCP-SL desplegó extremada violencia e inusitada crueldad que comprendieron la tortura y la sevicia como formas de castigar o sentar ejemplos intimidatorios en la población que buscaba controlar.
En cuanto a la información estadística, el informe señala que los hombres entre 20 y 49 años conforman el grueso de las víctimas fatales reportadas a la CVR (más del 55%), mientras que las mujeres de todas las edades suman aproximadamente el 20% de las víctimas.
Las mujeres se vieron afectadas, en primer lugar, por los asesinatos y ejecuciones extrajudiciales (50%), las detenciones (2 %) y la tortura (23%). Asimismo, existieron casos de secuestro (1 %), desapariciones forzadas (16%) y violaciones sexuales (10%)9. En cuanto a este último punto –y tal como se verá más adelante– debe tenerse en cuenta que esta subrepresentación estadística es un hecho común en las investigaciones sobre hechos de violencia sexual.
LA RESPONSABILIDAD DE LOS APARATOS DEL ESTADO.-
La CVR constata, no obstante, que quienes gobernaron el Estado en ese período carecieron de la comprensión necesaria y del manejo adecuado del conflicto armado planteado por el PCP-SL y el MRTA.
Existió un interés por poner en marcha la Constitución de 1979, por desarrollar el país y por hacer que la relación entre gobernantes y gobernados fuese expresión del Estado de Derecho. Sin embargo, tanto el gobierno del presidente Fernando Belaunde como el del presidente Alan García erraron al no aplicar una estrategia integral —social, política, económica, militar, psicosocial, de inteligencia y de movilización del conjunto de la población— para hacer frente de un modo eficaz y dentro de sus propios marcos democráticos a la subversión armada y al terrorismo.
SOBRE LA ACTUACIÓN DE LOS COMITÉS DE AUTODEFENSA.-
La CVR estima que, desde muy temprano, sectores del campesinado más pobre, aquéllos que según los cálculos del PCP-SL debían haber sido sus aliados principales, se levantaron contra un proyecto que no compartían y que se les imponía por la fuerza. Comunidades como Uchuraccay y otras de las alturas de Huanta se encuentran entre los ejemplos más conocidos. En algunos casos de modo espontáneo, en otros por iniciativa de las fuerzas armadas, los productores agrarios del valle del río Apurímac formaron los primeros comités de autodefensa (CADs), que posteriormente se multiplicaron e infligieron en las áreas rurales su primera derrota estratégica al PCP-SL.
La CVR reconoce el derecho de los campesinos a la autodefensa en el contexto excepcional planteado por la agresión senderista. Constata, al mismo tiempo, que en un número significativo de casos la formación de comités de autodefensa se produjo por la presión y el amedrentamiento de las fuerzas armadas y/o de otros CADs. En ocasiones, los CADs fueron más allá de tareas de autodefensa y resultaron, de acuerdo con los hallazgos de la CVR, responsables de crímenes que deben ser sancionados.
La CVR reconoce, sin embargo, que los CADs fueron un factor muy importante en el desenlace del conflicto armado interno y rinde homenaje a los ronderos caídos en defensa de sus comunidades y del país.
La CVR propone que el gran horizonte de la reconciliación nacional es el de la ciudadanía plena para todos los peruanos y peruanas. A partir de su mandato de propiciar la reconciliación nacional y de sus investigaciones realizadas, la CVR interpreta la reconciliación como un nuevo pacto fundacional entre el Estado y la sociedad peruanos, y entre los miembros de la sociedad.
RESUMEN Y PRINCIPALES CONCLUSIONES DEL PRESENTE ANÁLISIS.-
En el caso peruano, hemos utilizado los datos de la CVR y de otras dos fuentes de información para estimar el número total de víctimas fatales causadas por el conflicto armado interno, según principales agentes responsables y según grandes regiones geográficas.
En secciones posteriores presentaremos los resultados correspondientes a niveles inferiores de desagregación. El total suma 69,280. Este estimado debe interpretarse dentro de un rango que va de 61,007 a 77,552 víctimas, que constituye el intervalo de confianza al 95% de la estimación.
El PCP-Sendero Luminoso (SLU) sería responsable del 46% de las víctimas, los agentes del Estado (EST) del 30%, y el resto de agentes (OTR) del 24%.
LA RECONCILIACIÓN.-
La CVR entiende que la reconciliación debe ocurrir en el nivel personal y familiar; en el de las organizaciones de la sociedad y en el replanteamiento de las relaciones entre el Estado y la sociedad en su conjunto. Los tres planos señalados deben adecuarse a una meta general, que es la edificación de un país que se reconozca positivamente como multiétnico, pluricultural y multilingüe. Tal reconocimiento es la base para la superación de las prácticas de discriminación que subyacen a las múltiples discordias de nuestra historia republicana.