19 de abril de 2024

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ERES GORDA? | AQUÍ TE AYUDAMOS CON ESTA DIETA

Las dietas para adelgazar sugieren posibles beneficios que las convierten en métodos muy usados para conseguir el cuerpo que deseamos. Esto ha llevado a la creación de muchos regímenes de alimentación, y no todos ellos son confiables o beneficiosos para nosotros.

No obstante, una excepción es la dieta de sustitución, la cual consiste en reemplazar los alimentos muy calóricos por otros que no lo sean tanto. De la mano de Holmes Place, ahondaremos más en este régimen.

¿Qué es la dieta de sustitución?

Como su nombre indica, la dieta de sustitución es un régimen de alimentación donde se busca sustituir un alimento o comida muy calórica por otra cuyo aporte calórico sea menor a la que se ha reemplazado.

La dieta de sustitución de alimentos recomienda un consumo calórico controlado, generalmente entre unas 1.200 a 1.400 kilocalorías por día. Por ende, exige de nosotros llevar un control estricto de qué cosas comemos, cuándo y cómo lo hacemos para no superar los límites.

En los inicios de la dieta de sustitución, las comidas convencionales eran reemplazadas por batidos y sopas. En la actualidad, se han desarrollado distintos productos que facilitan la sustitución y la reducción de la ingesta calórica, pero también se usan barritas, galletas y batidos para este fin.

Esta dieta requiere un periodo de 30 minutos de ejercicio por día para tener una estrategia completa que acelere el adelgazamiento. El consumo abundante de agua es otro punto crucial para evitar una posible deshidratación.

¿Qué alimentos se pueden reemplazar?

La dieta de sustitución le pone especial atención a los alimentos cuyo aporte calórico dificulta la quema de calorías sobrantes en el cuerpo. En este sentido, hay una serie de alimentos que son candidatos habituales a ser reemplazados por alternativas más saludables, como se afirma en Eat This.

Sustitución del café

Café
El café puede generar episodios de presión baja, por lo que puede ser perjudicial para algunas personas. Fuente: Pexels

El café incrementa la insulina en la sangre, la tensión celular y fomenta la hipotensión, lo que repercute en una propensión al envejecimiento prematuro.

El café suele ser reemplazado por el té verde, que goza de un alto poder antioxidante y poder diurético, haciéndolo útil para la dieta de sustitución.

Reemplazo del azúcar

El azúcar puede inhibir la función de los glóbulos blancos y exponernos a infecciones, alergias y resfriados. También puede fomentar la aparición de arrugas en la piel por un proceso conocido como glicación.

Los azúcares de origen natural son una alternativa mejor que la azúcar refinada. Las frutas y verduras son alimentos que la proporcionan. Otro sustitutivo del azúcar es la estevia, un edulcorante natural.

Embutidos grasos

aguacate
El aguacate da mayores nutrientes al organismo que los embutidos grasos. Fuente: Pixabay

Los embutidos grasos pueden estar hechos de carne de baja calidad y, además, componerse de grasas animales, sal, y otros elementos que no son precisamente saludables para nosotros.

Estos embutidos pueden ser sustituidos con jamón ibérico, atún sin sal, huevo duro, y aguacate. Estas son alternativas menos grasas y que pueden aportar una mayor cantidad de nutrientes de lo que lo harían estos embutidos.

Aunque la dieta de sustitución no presenta inconvenientes o riesgos como otros regímenes, de igual manera es prudente que hables con un especialista antes de comenzar para así no exponerte a riesgos innecesarios.