29 de marzo de 2024

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El hambre sigue rondando con fuerza a Nueva York

El martes pasado Minerva Fernández se formó desde las 5:00 de la mañana en una larga línea que doblaba en la esquina de la Iglesia ST. Mark, de la Calle 96 con Avenida Northern Boulevard. La mujer esperó casi siete horas para reclamar “un mercadito” que según dice, “ayuda a la familia a calmar el hambre” más aún en medio de la pandemia del COVID-19, que parece no quererse ir pronto. Casi al medio día, y junto a cientos de personas, mayormente latinos, que estaban en las mismas, abrigándose con gorros y chamarras largas para hacerle el quite al frío, la madre dominicana salió del lugar cargando una bolsita con aceite, pavo, manzanas, leche y varios enlatados.

“Esto calma un poco el hambre, pero no la acaba… no está fácil la cosa”, comentó la madre soltera, con un gesto de pesar que se dejaba ver detrás de su tapabocas. “Cada vez hay más gente sufriendo hambre en Nueva York, y esta ayudita que nos dan, en tres o cuatro días ya se acaba. No nos alcanza para llegar con comida el fin de la semana, por eso necesitamos que nos ayuden más, que nos den mercados más grandes y que tengan más cosas”, agregó la dominicana.

Minerva aseguró que es el único sustento de sus hijos, y advirtió que si acude a esta despensa de East Elmhurst, Queens, no es porque quiera “vivir de la Ciudad”, sino porque no tiene otra opción. “Yo trabajo en un restaurante, pero solo unos días y con lo poco que me gano, no me alcanza”, agregó la inmigrante.

Rosita, una adulta mayor de 72 años, también se formó en la fila desde temprano, y salió con la misma bolsita de víveres para ella y su esposo. “De esto vivimos. Uno de joven nunca piensa que va a llegar a viejo viviendo de lo que le regalen a uno para comer, pero es que el hambre es brava”, dijo la ecuatoriana, quien agregó que al no tener papeles no recibe ayuda económica de ningún tipo. “Muchos creerán que es que uno no quiere gastar o que no quiere trabajar, pero en medio de esta pandemia nos quedamos sin nada. A mi quién me va a recibir para un empleo. Hasta me ofrecí a limpiar un restaurante, y de pena lo que hicieron fue que me dieron una sopa para que me llevara y ya. Por eso nos toca venir aquí cada martes a ver que nos dan”.

En Manhattan, en la calle 30 con avenida Séptima, en la despensa St. Jones Bread of Life, el panorama del hambre es similar. Allí, José Santos, padre de tres niños, quien perdió su trabajo en un restaurante desde que comenzó la pandemia del coronavirus, acude sagradamente cada miércoles a recoger la bolsita de alimentos que le proveen, y dice con mucha honestidad que si no fuera por esas ayudas, su familia se “moriría de hambre“.

“No hay trabajo, no hay dinero, no tenemos como pagar nuestra comida y mucho menos la renta, entonces estamos dependiendo de esto que nos dan. Esta comida es para mí, mi esposa y mis tres niños y a veces no alcanza”, mencionó el dominicano, quien pidió a la Administración De Blasio que aumente el tamaño de los mercados y también incluso la perodicidad con la que se entregan.

“Yo le pido al Alcalde que ayude más a la gente más necesitada. Estos nos sirve de mucho, pero apenas nos da para comer un poquito. Necesitamos más comida”, agregó el dominicano.

Estos son solo algunos testimonios de la crisis de alimento que vive Nueva York y que la propia Administración De Blasio ha reconocido calculando que afecta a más de 2 millones de personas que no tienen como pagar sus comidas.

Y es tan creciente el problema del hambre en la Gran Manzana, que en su reporte anual, presentado el día antes de Acción de Gracias, la organización Hunger Free NYC destacó dos aspectos muy preocupantes: el 22% de los neoyorquinos carecen de los recursos necesarios para alimentarse de manera básica y casi el 33% de los programas de alimentos de emergencia de la ciudad de Nueva York no cuentan con los recursos suficientes para cumplir con la demanda de comida que tienen.

El mejor testimonio de la crisis del hambre en la ciudad siguen siendo sin duca las despensas y comedores comunitarios, que aumentaron en un 65% sus solicitudes de gente con hambre este año. A nivel estatal el 85% de esos lugares confirmaron estar alimentando a más personas.

Asimismo, Hunger Free NYC agregó que los beneficiarios de cupones de alimentos SNAP entre marzo y agosto en los cinco condados, se incrementaron en 37%, con una inversión de más de $298 millones, por lo que hicieron un llamado urgente a la Ciudad y al Estado para que continúen brindando apoyo alimentario a los más necesitados necesitados, y al gobierno federal, a que de más recursos al programa SNAP y a frenar el hambre.

“Mientras que las despensas de alimentos y los comedores de beneficencia de la Ciudad y el Estado luchaban heróicamente para cumplir con el aumento de la demanda durante la pandemia, solo pudieron arañar la superficie de las necesidades, y lo único que realmente evitó la hambruna masiva aquí fue un aumento histórico en los fondos federales para los cupones SNAP”, dijo Joel Berg, presidente de Hunger Free America, elogiando la labor de las administraciones locales y estatales. “Las agencias municipales y estatales que administran SNAP
y sus empleados de base, son nuestros mayores héroes del hambre en esta crisis”.

Berg agregó que el número de beneficiarios de los cupones SNAP aumentó de 1,483,230 en marzo de 2020 a 1.705.337 en septiembre, lo que significa un incremento del 15 por ciento con 68,714 personas más sin poder costear sus gastos de comida.

El comisionado del Departamento de Servicios Sociales de la Ciudad, Steven Banks, destacó que aunque las cofras presentadas evidencian la escala del hambre en la Gran Manzana, tambien muestran que la Ciudad ha sabido ayudar con su mayor impulso.

“Hemos tomado medidas agresivas y hemos sido pioneros en iniciativas estratégicas para garantizar que los neoyorquinos vulnerables tengan acceso a recursos vitales, incluida la asistencia alimentaria, que es más importante que nunca en estos tiempos sin precedentes”, dijo funcionario. “Desde el comienzo de esta pandemia, DSS-HRA ha construido agresivamente sobre esta base al implementar reformas a una escala y velocidad nunca antes visto, utilizando todas las herramientas a nuestra disposición, para asegurarnos de que continuamos proporcionando de manera efectiva este crítico salvavidas para los neoyorquinos que dependen de nosotros para llegar a fin de mes”.

El reporte de Hunger Free NYC advirtió además que más del 33% de las despensas y comedores de la Gran Manzana han debieron rechazar a personas que van en busca de comida, reducir la cantidad de alimentos distribuidos por cada uno o limitar sus horas de funcionamiento porque carecían de recursos suficientes en el 2020.

“La pandemia y el colapso económico nacional durante los últimos ocho meses han resultado en que aproximadamente 2 millones de residentes de la ciudad de Nueva York lucharan contra la inseguridad alimentaria. En todo el estado la inseguridad alimentaria se ha duplicado con la pandemia, y ahora el hambre es un problema aún peor en las zonas rurales”, agregó Berg.

La senadora Kirsten Gillibrand, también se mostró muy preocupada por el panorama del hambre en Nueva York y dijo que las despensas, sin tener recursos suficientes, tampoco pueden hacer milagros y hay muchos que se quedan sin comer.

“Los bancos de alimentos y grupos como Hunger Free America han ido más allá para ayudar y abogar por nuevas Familias de York, pero no se les puede pedir ni se les debe pedir que satisfagan esta creciente demanda por sí solas. El Congreso debe aprobar un paquete de ayuda que resuelva esta crisis de frente para ayudar a las familias en Nueva York y en todo el país a pagar comestibles y mantenerse alimentados y saludables”, dijo la política.

La Ciudad ha dicho desde el principio de la pandemia que no va a dejar solos a los neoyorquinos en medio de esta lucha, y ha dado su palabra de que por más duras que sean las dificultades, en la Gran Manzana nadie aguantará hambre.

“No vamos a permitir que ningún neoyorquino pase hambre, punto. Y hemos invertido una gran cantidad de recursos en eso. Entonces, la conclusión es que cualquier persona que no tenga acceso a alimentos y los necesite, puede llamar al 311 o visitar la página nyc.gov/getfood“, aseguró De Blasio, reiterando que quien necesite ayda debe conectarse con los recursos que estan disponibles. “Estamos apoyando comedores de beneficencia, despensas de alimentos, tenemos comidas para llevar y disponibles en las escuelas públicas, incluso cuando están cerradas temporalmente, todavía estamos distribuyendo comidas, no solo para los niños, sino también para las familias, a cualquiera que lo necesite”.

Además de las despensas, el mandatario recalcó hace unos días que existe un programa que incluso le lleva los alimentos a las personas que no pueden moverse de sus casas. “si alguien necesita entrega a domicilio, hay muchas personas que simplemente no pueden salir por razones físicas o médicas, proporcionaremos entrega directa a domicilio si eso es lo que se necesita”, dijo el burgomaestre. “Estoy con ustedes, este es un momento doloroso para que la gente no pase hambre. No lo vamos a permitir y queremos que la gente coma”.

José Bayona, vocero de la Alcaldía, explicó que la Ciudad está apoyando directamente a cientos de despensas a través del programa P-FRED (Distribución de Emergencia de Reservas de Alimentos para Pandemias) con la inversión de más de $50 millones en productos frescos y otros alimentos, distribuidos en casi 300 despensas. Además manifestó que hasta ahora se han entregado un total de 2.2 millones de libras de alimentos a neoyorquinos necesitados, que suman más de $170 millones de dólares.

Y aunque la Ciudad admite que el hambre es un gran problema en la Ciudad, Bayona mencionó que con el paso del tiempo la necesidad se ha visto reducida.

“Estamos viendo una disminución de la necesidad de un mes a otro, pero creemos que alrededor de 1.5 millones de personas han recibido ayuda alimentaria de la Ciudad hasta la fecha”, dijo el funcionario de la Alcaldía. “Estimamos que la cantidad de personas que necesitan alimentos es de alrededor de 2 millones, aunque hemos visto que la demanda se estabilizó y disminuyó de manera constante desde junio“.

Vincent Piasani, director de la despensa St. Jones Bread of Life, no comparte la idea de que el hambre se haya reducido, al menos a juzgar por lo que ve cada semana en su sitio de ayuda. Por el contrario confirmó que en ese lugar de la Gran Manzana, ha habido un creciente aumento de necesidades de alimentos, que se ha sostenido desde que inició la pandemia del COVID-19, que ya deja en la ciudad 19,549 muertes confirmadas, 4,671 fallecimientos probables y más de 281,000 contagios.

“Siempre ha habido necesidades, pero este año en particular, ha sido un año donde más que nunca la gente verdaderamente ha necesitado más comida“, dijo Piasani, asegurando que en ese lugar, entre el 50% y 60% de quienes acuden por ayuda son latinos y se palpa mucho la necesidad que hay. “La mayoría de gente que viene a nuestra despensa son latinos y asiáticos, sin duda. Esos dos grupos comprenden el 80% de la gente aquí, que sigue creciendo, pues antes de la pandemia en promedio atendíamos entre 200 y 275 personas cada semana y después de la pandemia aumentaron las necesidades entre un 25% y 30%”.

Y aunque el director de esa despensa reconoció que tanto la Ciudad como el Estado han tendido la mano a los más necesitados para que no aguanten hambre, advirtió que se necesita más ayuda en este momento.

“El Estado provee alguna comida, por medio del Banco de comida, al igual que la Ciudad. Ellos nos proveen de una cantidad razonable cada mes, que utilizamos para ayudar a la gente. Pero siendo franco, siempre se necesita más en este ambiente en particular”, dijo. “No puedo decir que ellos no estén haciendo su parte, pero debo decir que si más ayuda estuviera disponible para esto, no se va a desperdiciar un solo centavo y ciertamente será utilizada para que más neoyorquinos continúen teniendo sus comidas”.

El activista social sin embargo hizo un llamado a los neoyorquinos que estén necesitando alimentos para que utilicen la información de acceso a las despensas de la ciudad, a fin de recibier las ayudas disponibles.

Hay muchas despensas de comida que se pueden encontrar y si la gente busca bien, nadie va a estar con hambre”, agregó Piasani, advirtiendo que la necesidad de comida seguirá aumentando, pero el nivel dependerá de si la segunda ola del COVID-19 tiene el mismo efecto que la primera o si logra controlarse.

Wanda Bou, voluntaria de entrega de alimentos en Manhattan, coincidió en que urge destinar más recursos en este momento al tema de las comidas, pues de lo contrario el hambre hará de las suyas en pleno invierno.

“Tenemos que asegurarnos que la gente tenga en su mesa comida suficiente. El hambre es un problema muy grande en esta ciduad y aunque reconocemos que todos estos sitios están ayudando a muchas familias, falta más”, dijo la puertorriqueña, destacando que muchos adultos mayores que están solos y muchos niños, son quienes sufren con más fuerza las consecuencias del hambre en la ciudad.

El hambre en la Ciudad de Nueva York en cifras

  • 33% de los programas de alimentos de emergencia de la ciudad de Nueva York carecen de recursos
  • 65% aumentaron las solicitudes de comida este año en despensas y comedores comunitarios
  • 10% había sido el incremento en el 2019
  • 5% había sido el aumento en el 2018
  • 37% aumentaron las solicitudes de cupones de alimentos SNAP entre marzo y agosto en los cinco condados
  • 1,483,230 eran los solicitantes de cupones en marzo de 2020
  • 1.705.337 era el número en septiembre
  • 15% se incrementaron los beneficiarios de SNAP, con 68,714 personas más sin poder costear sus gastos de comida
  • 2 millones de neoyorquinos se estima que enfrentan hambre en la ciduad de Nueva York
  • 1.5 millones de neoyorquinos se estima han recibido ayuda de alimentos hasta el momento desde que inició la pandemia
  • $50 millones fue la inversión adicional de la Ciudad para comprar alimentos frescos bajo en programa P-FRED
  • 2.2 millones de libras de alimento por parte de la Ciudad han recibido unas 300 despensas hasta el momento
  • La Ciudad también ofrece un programa nuevo de entrega de alimentos de emergencia a domicilio, para aquellas personas que no pueden salir de sus hogares, no tienen a nadie que se los busque y no pueden pagar opciones de entrega privada
  • 38% de personas se saltaron alguna comidas o han tenido que cortar porciones para sus hijos
  • 70% fue el aumento de necesidades de alimentos en la pandemia a nivel nacional
  • 53% se incrementó el auge de mercados en despensas en NYC, aunque la Ciudad asegura que se ha estabilizado desde junio y ha presentado reducción
  • 1,000 despensas, comedores y organizaciones de ayuda de alimentos hay alrededor de la ciudad
  • $170 millones de inversión en comida ha invertido la Administración De Blasio para combatir el hambre durante la pandemia
  • $25 millones en fondos de emergencia para las despensas autorizó la Ciudad
  • $25 millones adicionales autorizó el Estado
  • 1 de cada tres despensas de alimentos en la Ciudad cerró, según el Concejo Municipal

¿Dónde solicitar ayudas de comida gratis en NYC?

  • Si usted no tiene cómo costear sus alimentos, llame al 311 y solicite la dirección de alguna de las despensas de alimentos más cercanas a su hogar
  • Asimismo, puede checar este link de manera directa para saber de las despensas que existen alrededor de la ciudad: https://www.foodbanknyc.org/get-help/
  • La Ciudad de Nueva York, en su objetivo de conectar a los neoyorquinos a ayudas de alimentos, han creado este localizador de sitios de alimentos y despensas disponibles con sus respectivos horarios de repartición de comida: https://maps.nyc.gov/foodhelp/