Cerca del mediodía del sábado, una caravana de camionetas y autos sedán irrumpió en el oriente de Reynosa y recorrió cuatro colonias (Almaguer, Lampacitos, Unidad Obrera y Bienestar) mientras disparaba indiscriminadamente contra civiles inocentes.
En total, hubo 22 personas asesinadas: 16 fueron por motivos que aún no han podido esclarecer las autoridades, y otras seis fueron identificadas como presuntos delincuentes abatidos.
“Nunca había ocurrido algo semejante. La cacería de personas inocentes, sin antecedentes penales ni relación alguna con el crimen organizado”, aseguró el periodista Héctor de Mauleón.
“Inédito, inaudito”, dijo el fiscal general de justicia de Tamaulipas, Irving Barrios.
Los cuerpos quedaron tendidos en banquetas (Foto: Especial)
Entre las víctimas inocentes se encontraban albañiles, trabajadores que reparaban el alcantarillado, un joven enfermero recién graduado, un adulto mayor que caminaba en el lugar y momento equivocados, el dueño de una tienda de abarrotes y un cliente que simplemente realizaba sus compras.
Los antecedes del clima de violencia que actualmente azota Reynosa, y que este fin de semana llegó a su culmen, se remontan al mes de abril de 2017, cuandoJulián Manuel Loisa, alias el Comandante Toro, del Cártel del Golfo, fue abatido por elementos de la Secretaría de Marina (Semar).
Su muerte desencadenó días de caos y violencia en la ciudad fronteriza. Integrantes del crimen organizado quemaron comercios, vehículos y realizaron al menos 32 narcobloqueos en distintos puntos de la ciudad colindante con Texas.
El Cártel del Golfo hizo circular audios en los que ordenaba a la gente no salir de sus casas. Los rumores apuntaban a que le célula Ciclones —una de las facciones del Cártel del Golfo— había sido enviada desde Matamoros para apoderarse de la ciudad.
Los líderes criminales y sus plazas en Tamaulipas (Mapa: Infobae México/Jovany Pérez Silva)
El mando de la organización fue asumido entonces por Jesús García, El Güero Jessi. Sin embargo, otros jefes del cártel —Alberto Salinas, El Betillo; Petronilo Flores, alias El Metro 100; Luis Alberto Blanco, El Pelochas y Juan Miguel Lizardi, Miguelito 56— se opusieron a esta decisión.
Lo siguiente fue un mar de sangre que azotó a la región. Los enfrentamientos se recrudecieron y el destino de los diferentes jefes que se peleaban la plaza fue distinto para cada uno:El Betillo y El Güero Jessi fueron abatidos, mientras que El Pelochas y El Metro 100 fueron detenidos.
Pero aquello no supuso el final de la violencia, sino todo lo contrario, pues sus sucesores siguieron enfrascados en una pugna que poco a poco situó a Reynosa entre las ciudad más peligrosas para vivir.
Además, en medio de aquel escenario bélico, también se introdujo en la escena un nuevo contendiente que a la larga se convertiría en una organización influyente: el Cártel del Noreste, comandado por Juan Gerardo Treviño, alias El Huevo, sobrino de un sanguinario exlíder de los Zetas.
Desde entonces la ciudad acumula montañas de cadáveres, bloqueos carreteros y balaceras que hasta el sábado pasado rara vez se cobraban vidas inocentes. “Las clases se suspendieron, los comercios cerraron la gente se pertrechó en sus casas: las calles se convirieron en un cementerio”, escribió de Mauleón.
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, informó este lunes que ordenó al consejero jurídico de la Presidencia realizar las gestiones necesarias para que la Fiscalía General de la República (FGR) atraiga el caso y envió condolencias a los familiares de las víctimas.
“Hechos lamentables en Reynosa, Tamaulipas le costaron la vida a inocentes, 14 personas inocentes porque todo indica que no fue un enfrentamiento sino que fue un comando que disparó a gente que no estaba en plan de confrontación entonces es un ataque cobarde”, lamentó el mandatario.