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La inseguridad en las calles y los apagones son dos de los problemas que más preocupan a los ciudadanos dominicanos, quienes aseguran que por encima del alto costo de la vida que golpea a diario sus bolsillos, la delincuencia representa una amenaza aún mayor en el día a día.
Durante un recorrido realizado por el periódico Hoy, personas estuvieron animadas a expresar su preocupación por la situación del país y resaltaron en reiteradas ocasiones el estrés que genera el tema de la delincuencia en las calles del país.
Tal es el caso de Samuel Robles, uno de los entrevistados, quien opinó que la raíz de la delincuencia está dentro del mismo cuerpo policial y denunció la complicidad de agentes de la Policía con el crimen organizado.
“La droga se está vendiendo en todas las esquinas, los mismos policías mirándolo y yendo a cobrar a los puntos, o sea, que ellos mismos lo saben todo. La Policía también está involucrada en atracos y eso está mal”, expresó.
A raíz de esto, Robles hizo un llamado al presidente Luis Abinader para que, en lo que resta de su mandato, impulse una reforma policial “de verdad”, que elimine de una vez por todas la corrupción dentro de la institución.
“No es solo una naranjita que está podrida, sino, que son todos”, afirmó con indignación.
En la misma línea, César Suazo también estuvo de acuerdo con que el Gobierno debe “apretar” con el tema de la delincuencia y exija a los agentes de la Policía Nacional hacer un mejor trabajo.
En cuanto al caso de los apagones, ciudadanos afirmaron que es una situación insostenible que afecta diversas áreas de sus vidas.
Por otro lado, Félix Frías resaltó cómo las largas horas sin electricidad perjudican a los dueños de colmados, a quienes de forma constante los apagones les echan a perder productos que requieren de refrigeración.
“Cuando tú duras 10 horas con el freezer apagado y al otro día lo mismo, se dañan los productos y los vendedores lo que hacen es que pierden”, explicó.
Asimismo, Alexander del Rosario y Luis Reyes, dos jóvenes estudiantes, resaltaron que los apagones interfieren con su formación académica, pues la falta de energía eléctrica los cohíbe del uso de computadoras y proyectores, así como del uso de ventiladores.
“En el liceo la luz se va las 9:00 y no llega hasta la hora que despachan”, expresaron.
A pesar del malestar generalizado que existe en la población, muchos se abstuvieron de opinar al respecto, ya que entienden que “el Gobierno como quiera hace lo que le da la gana”.