19 de abril de 2025

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Exfuncionario de EE.UU. afirma que fue presionado a renunciar por negarse a entregar archivos a Kennedy

El exjefe de vacunas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), doctor Peter Marks, afirmó que fue presionado para dejar su cargo luego de negarse a entregar al equipo del secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., acceso total a una base de datos confidencial sobre efectos secundarios de vacunas.

Marks explicó que se negó a dar acceso irrestricto al Sistema de Notificación de Eventos Adversos de Vacunas (VAERS) por temor a que los datos fueran manipulados o eliminados. En entrevista con Associated Press, dijo que permitió a los asociados de Kennedy leer los informes, pero no editarlos, porque “francamente, no confiamos en ellos”.

Según Marks, la base de datos contiene información personal, médica y confidencial, y ha sido objeto de malinterpretaciones frecuentes por parte de grupos antivacunas. Cualquiera puede subir datos no verificados, por lo que su análisis requiere experiencia médica y estadística. “A veces los informes de muertes ni siquiera están relacionados con vacunas. Algunos son por accidentes o enfermedades previas”, explicó.

Marks también señaló que su equipo tenía un plan para hacer más transparente el sistema VAERS, incluyendo sesiones públicas, un informe técnico y más acceso a datos verificables. Sin embargo, la propuesta enviada en febrero a la comisionada interina de la FDA, Sara Brenner, no fue respondida.

En marzo, la oficina de Marks recibió varias solicitudes desde la administración Trump para tener acceso completo a VAERS. Ante la insistencia, el equipo reiteró la sensibilidad de la información. Poco después, Marks fue citado a una reunión donde, según él, le dijeron que “Kennedy quería que se fuera”. Optó por renunciar ese mismo día, acusando al secretario de Salud de difundir desinformación sobre vacunas.

Desde que asumió el cargo, Kennedy Jr. ha impulsado revisiones sobre las vacunas infantiles, cancelado reuniones de asesores y promovido el estudio de un vínculo entre vacunas y autismo, pese a que esa relación fue desacreditada hace años. Aunque él insiste en que no es “antivacunas”, su postura ha generado tensión dentro del Departamento de Salud.

Un portavoz del departamento defendió a Kennedy, asegurando que ha promovido la vacunación en varias ocasiones y que es lógico que su equipo quiera analizar la base de datos VAERS. También lo retrató como alguien comprometido con revertir la crisis de enfermedades crónicas y criticó a Marks por estar alineado con la industria farmacéutica.

El mismo día que Marks presentó su renuncia, Texas reportó la segunda muerte del año por sarampión en un niño no vacunado. Marks atribuyó la tragedia a la débil respuesta del gobierno y criticó que, en lugar de impulsar de forma firme la vacunación, el departamento también hable de suplementos de vitamina A.

Kennedy, por su parte, se encuentra de gira por el suroeste del país con el lema “Hacer a Estados Unidos Saludable de Nuevo”, promoviendo su agenda sobre fluoracióncolorantes alimentarios y otros temas relacionados con salud pública.

Para Marks, lo ocurrido refleja una falta de liderazgo en un momento crítico: “Estas muertes son innecesarias y sin sentido. Los niños deben vacunarse. Esa es la forma de evitar que mueran por sarampión”, concluyó.