Virólogos de todo el mundo están en alerta ante la aparición de una mutación del coronavirus que puede disminuir la eficacia de las vacunas contra el COVID-19.
Según informa CNN, la mutación, llamada E484K, se encontró en una variante del coronavirus que se detectó por primera vez en Sudáfrica hace dos meses. Esa variante ahora se ha extendido a otros 12 países.
Pero que el virus mute no es el único problema, ya que la receta para la catástrofe es fácil de seguir, de acuerdo a un científico que publicó de forma anónima su opinión en redes.
La situación es delicada, apuntaba, con el Reino Unido y otros países tomando la polémica decisión de retrasar la segunda inyección de la vacuna para disponer de más dosis en la primera tanda y poder vacunar a más personas en riesgo. Muchos expertos creen que esperar tres meses entre un pinchazo y otro puede hacer que las defensas se debiliten lo suficiente para que el virus aprenda a vencerlas.
Después de publicar la sarcástica nota, el científico dio un paso al frente. Se trata de Paul Bieniasz, un virólogo de la Universidad Rockefeller , en Nueva York,
“Permitir que el virus circule de manera descontrolada, acumulando diversidad genética, y luego proteger de manera incompleta a la población con las vacunas es lo que uno haría para generar mutantes resistentes a las vacunas”, advierte Bieniasz.
Y parece que eso es lo que ha sucedido, con el descubrimiento de la nueva mutación en Sudáfrica.
Penny Moore, profesora asociada del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica, calificó la mutación como “alarmante”.
“Tememos que esta mutación pueda tener un impacto, y lo que no sabemos es el alcance de ese impacto», dijo.
A la E484K se le denomina “mutación escapista” porque se ha demostrado que podría escapar de algunos de los anticuerpos producidos por la vacuna.
“Estoy preocupado”, dijo a CNN Alex Sigal, virólogo del Africa Health Research Institute.
Musings of an anonymous, pissed off virologist. pic.twitter.com/IVU1COZPof
— Paul Bieniasz (@PaulBieniasz) January 2, 2021
A pesar de los indicios y las sospechas de alarma, todavía se tiene que completar el trabajo en el laboratorio para ver si la vacuna es menos efectiva contra esta nueva variante.
De momento, los expertos sospechan que esta mutación, E484K, pueda por sí sola o en combinación con otras mutaciones, disminuir la eficacia de la vacuna contra la variante, pero no inutilizarla,
También les preocupa que E484K pueda ser una indicación de que el nuevo coronavirus está mostrando su capacidad de cambiar ante nuestros ojos. Si esta mutación sucediera en cuestión de meses, podrían seguir otras mutaciones problemáticas.
“Este virus podría estar dando los primeros pasos en un camino bastante largo hacia la resistencia a las vacunas”, dijo Andrew Ward, virólogo estructural de Scripps Research en La Jolla, California.
“Es el comienzo de un largo camino. Eso es lo que realmente me asusta sobre esto. Es una llamada de atención aleccionadora”, explicó Moore.
Cuando las vacunas que se utilizan en EE.UU. se pusieron a prueba el año pasado, tuvieron éxito y prácticamente lograron que el virus se sometiera. Pero desde entonces, partes del virus a veces se han intercambiado por nuevos trozos y, a veces, esas nuevas partes no se comportan como se espera o como debieran.
Para probar estos nuevos trozos, los investigadores del Centro de Cáncer Fred Hutchinson en Seattle y otros lugares han analizado el plasma de pacientes que se recuperaron de COVID-19 para ver si sus anticuerpos pueden combatir el E484K y otras mutaciones.
Lo que hallaron los cientificos que E484K desafía la capacidad de algunos anticuerpos para neutralizar el virus. También están atentos a otras mutaciones en la variante.
El siguiente paso es probar estas mutaciones contra los anticuerpos creados por las vacunas; ese es el trabajo que los científicos están haciendo ahora y que esperan anunciar en las próximas semanas.
La preocupación es mayor por lo que sucede cuando el virus muta una y otra vez.
No es que el coronavirus sea mute tan rápido; de hecho, Sigal, uno de los investigadores sudafricanos, lo llamó “lento”. Es que el virus se está propagando tan rápidamente por todo el mundo, y cada vez que pasa de una persona a otra, tiene otra oportunidad de mutar.
“Esto crea más oportunidades para que el virus aprenda a ser resistente a la vacuna», dijo Paul Bieniasz, virólogo de la Universidad Rockefeller. “Es probable que, con el tiempo, disminuya la eficacia de la vacuna, pero no nos vamos a caer por un precipicio mañana”.
No se esperaba tal mala conducta de un coronavirus, que siempre se ha considerado relativamente estable, concluyó Sigal.