28 de marzo de 2024

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QUEJA | “ME SENTÍ DISCRIMINADA EN SALÓN DE BELLEZA DE LOS JARDINES”

QUEJA DE UNA MUJER , MADRE Y ESPOSA QUE SOLO QUISO VERSE BELLA EN NAVIDAD.

SANTIAGO, RD. – Que mal nos sentimos en escribir una nota como esta en pleno siglo 21 en donde aun las cosas malas no salen de la cabeza de muchos que se creen la mejor cosa o se creen que no son humanos y que el mundo no ha cambiado.

Con la llegada del covid-19 al mundo, el ser humano se dio cuenta que tanto los pobres como los ricos mueren de esa enfermedad y eso a mucho le ha dejado saber que la vida es una sola tanto ricos como pobres todos somos seres humanos y que hay que dejar la soberbia y el creerse la ultima como caca-cola del desierto.

Este es el caso de una tía que tengo llamada Marina, la cual decide darse un corte de cabello y recomendada por una amiga visita un centro de belleza el cual esta ubicado en los Jardines Metropolitano de la Ciudad de Santiago de los Caballeros.

El Centro ubicado en la Avenida Metropolitana de dicho sector, tiene un personal que no esta adecuado para tale fines, como es el trato a las personas y meno cuando no saben de quien se trata.

Tía Marina al llegar al centro, fue enviada a sentar a un rincón del lugar que la aisló de los demás clientes, ella piensa que al parecer la trataron como si ella llegara a ese lugar a pedirle un favor a las personas que atienden en ese lugar o que se tratara de que no le vieron un porte de millonarias, como se ve a las personas entrar al lugar y que de una vez son atendida.

Sintiéndose mal por los hechos habla con la persona que le asignaron para que cortara su pelo al ver que ella estaba esperando que la misma terminara con un cliente que tenia y observa que llegan mas personas y son atendida por esa peluquera, dejando a mi tía sentada a la espera como si no existiera o como si se tratara de un corte de pelo gratis, mi tía decide hablar con la empleada y esta con un gesto muy desagradable le dice que esas personas que ella estaba atendiendo eran sus clientes y que eran personas muy importante de la sociedad de la ciudad de Santiago.

Mi tía Marina se sintió muy apenada, sintió como que ella no era nadie, tanto así que no quiso ofender a la empleada y mejor salió del lugar y fue a un negocio de corte de pelo de hombre a la entrada del Ejido y se corto el pelo en ese lugar, sintiendo un gran alivio a su alma y sabiendo que hoy en día hay persona que le importa mas la sociedad que un cliente que llegue a su negocio con el dinero en los bolsillos, igual a pagar lo mismo que paga un millonario y que quizás de mejor propina que la que dejan personas con nombres y estatus de la gran sociedad dominicana.

Hoy en día no solos vemos el caso de mi tía Marina que pasa en lugares como estos o en otras partes de nuestra sociedad, el mundo aun guarda personas como esta empleada que no sabemos su nombre pero que Marina describe como una mujer fría y mal murada cuando de hablar con un cliente se trata.

Esperamos que la propietaria de este salon de belleza, el cual nos reselvaremos el nombre para no dañar su imagen, ubicado en la Ave. Metropolitana de los Jardines en Santiago, este leyendo este articulo o que alguien de su entorno le deje saber, que tiene empleados que le importa más dicha sociedad que los clientes que llegan al lugar y que sin saber de quien se tratan lo discriminan de forma tan irresponsable que hasta hacen sentir a la persona mal en lo emocionar.

FOTO DE DICHO SALON

Tía Marina llego a ese lugar me cuenta ella, con miles de pesos en el bolsillo, ya que como nunca había cortado su pelo en dicho salón, y como se trata de Los Jardines, ella no sabe cuándo costaba un corte de pelo, pero la vida le dejo saber que en verdad aún permanecen en nuestro mundo, personas que solo por la apariencia deja que su mundo de negocio, se valla a la M, no sabiendo que si algo tiene mi tía, es que es la persona más agradable a la hora de dejar una propina por el buen servicio que le puedan ofrecer, pero así es la vida, las cosas hoy en día aun con todo esto que está pasando del covid, las personas aun no toman conciencia de lo que pueden hacer para cambiar el mundo, seguimos en un mundo en donde aún permanece más lo que somos que lo que sentimos.

El mundo tiene que sacudirse, tenemos aún mucho que hacer para cambiar el mundo, Dios nos deja saber que no hay más que una sociedad, y también nos mostró que los ricos no son eternos y que lloran de dolor cuando están en cama de hospitales muriendo por las mismas enfermedades que mueren los pobres.

Esperamos ver cambiar la sociedad y que las empleadas como esta, sean llamada a que aprendan que los clientes siempre tendrán la razón y más cuando de nuevos clientes se trata.

Que no importa ni el color de la piel, ni el peso que tu tenga en la sociedad, los clientes se atienden por orden de llegada sea quien sea y más cuando están sentada ya en el negocio y le dan su turno para ser la próxima en ser atendida.