28 de marzo de 2024

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Alarma en el continente americano por la llegada del nuevo mosquito Aedes vittatus

En un primer momento sentí mucha sorpresa y algo de incredulidad. Habíamos estado trabajando durante años en la diversidad y ecología de los mosquitos en este municipio y jamás habíamos detectado esta especie.

El entomólogo Pedro M. Alarcón-Elbal realizó este hallazgo inesperado en República Dominicana. El científico español, experto en enfermedades transmitidas por vectores, es profesor de Medicina Tropical y Salud Global en la Universidad Iberoamericana (UNIBE) en Santo Domingo.

Lo que Alarcón-Elbal y sus colegas encontraron en octubre de 2019 fue el mosquito Aedes vittatus, conocido en otras regiones del planeta pero no registrado en el continente americano.

Estudios científicos en los últimos cuatro meses detallaron el descubrimiento en territorio dominicano, así como otro hallazgo realizado por científicos estadounidenses en la Base Naval de Guantánamo en Cuba.

La presencia de Aedes vittatus en América despertó alarma en los investigadores.

«Aunque la capacidad vectorial del Ae. vittatus no está estudiada en profundidad, se sabe que dentro de su área de distribución nativa desempeña un papel importante en el mantenimiento y transmisión de diversos virus como el de la fiebre amarilla, el dengue, el chikungunya y el Zika«, explicó Alarcón-Elbal.

Monitorear el impacto de mosquitos como Ae. vittatus es esencial.

Alrededor de 700 millones de personas en el mundo contraen cada año patologías transmitidas por mosquitos, y esas enfermedades causan anualmente cerca de un millón de muertes, según el Programa Mundial de Mosquitos, una iniciativa global.

En BBC Mundo reseñamos los primeros hallazgos del Ae. vittatus en América, sus implicaciones para la salud, y la principal hipótesis sobre un gran misterio: ¿cómo llegó este mosquito al continente americano?

Esta especie vive tanto en sitios silvestres como en entornos domésticos en África, Asia tropical y Europa meridional, donde se alimenta de seres humanos y otros vertebrados, según explicó Alarcón-Elbal.

«El mosquito muestra preferencia por reproducirse en reservorios naturales como pozos, agujeros de árboles, troncos de bambú o pisadas de animales, aunque demuestra una considerable plasticidad ecológica que le permite también explotar una amplia gama de contenedores artificiales más propios del entorno doméstico, como botes, cubos, latas o neumáticos usados, entre otros».

Pedro Alarcón-Elbal recogiendo muestras en República Dominicana. Al fondo se ve al Dr. Juan Rueda
El entomólogo Pedro M. Alarcón-Elbal y sus colegas realizaron el hallazgo inesperado del Ae. vittatus en República Dominicana. Al fondo se ve al Dr. Juan Rueda.

Uno de los países donde el mosquito está presente desde hace décadas es España, donde se ha reportado la presencia de la especie en 11 provincias pertenecientes a las comunidades autónomas de Cataluña, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía, señaló el científico.

Se sabe que dentro de su área de distribución nativa, el Ae. vittatus desempeña un papel importante en el mantenimiento y transmisión de virus como el de la fiebre amarilla, el dengue, el chikungunya y el Zika», afirmó Alarcón-Elbal.

«El Aedes vitttatus se encuentra bien distribuido por diversos países europeos de la cuenca mediterránea, por lo que es una especie que probablemente lleve toda la vida entre nosotros».
«Sin embargo, se considera que la especie tiene un bajo riesgo de transmisión de enfermedades en España dado que estos virus no se encuentran de forma autóctona en el territorio».

«Pero no debe subestimarse el riesgo y son necesarios más estudios que permitan conocer de forma más precisa diferentes aspectos, como su distribución y comportamiento».

La detección en territorio dominicano ocurrió en Jarabacoa, un municipio montañoso ubicado en el centro del país.

«Fue algo totalmente inesperado. Nos encontrábamos realizando una inspección rutinaria de sitios de cría de mosquitos en una casa de Jarabacoa cuando advertimos la presencia de unas hembras adultas que trataban de picarnos de forma insistente«, relató Alarcón-Elbal.

«Capturamos algunos individuos con un aspirador entomológico mientras trataban de picarnos y después los observamos con un estereomicroscopio, que es algo que hacemos de forma habitual».

«En un primer momento nos desconcertó lo que vimos, porque no correspondía a ninguna de las especies que tenemos catalogadas en el municipio».

Los adultos de Ae. vittatus tienen un tórax oscuro sobre el que resaltan seis topos o manchas blancas circulares que le dan un aspecto moteado.
Los adultos de esta especie tienen un patrón de escamas característico a nivel del tórax que los hace fácilmente distinguibles del resto de especies de mosquitos, explicó Alarcón-Elbal.

«Los adultos de Ae. vittatus tienen un tórax oscuro sobre el que resaltan seis topos o manchas blancas circulares que le dan un aspecto moteado que, junto con otras características morfológicas menos aparentes, nos llevaron a la confirmación morfológica de la especie. Más tarde, además, esta identificación fue reconfirmada por técnicas moleculares».

A pesar de la incredulidad inicial del científico los resultados fueron claros.

«El hallazgo inicial y el posterior estudio sistemático no arrojaban lugar a dudas: habíamos detectado por primera vez la presencia de esta especie no solo en República Dominicana, sino en las Américas».

«Sentí una mezcla de satisfacción por la gran importancia del hallazgo en sí y al mismo tiempo preocupación por las repercusiones sanitarias que se pueden derivar de la presencia de este mosquito en el futuro».