18 de abril de 2024

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El G7 exigió a China que “ponga fin a la opresión” en Hong Kong

“Debatir las opiniones divergentes, y no silenciarlas, es la forma de garantizar la estabilidad y la prosperidad” de la ex colonia británica, señalaron en un comunicado conjunto los gobiernos del Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos

Las potencias del G7 exigieron el viernes a China que cumpla sus compromisos en Hong Kong y ponga fin a la “opresión” contra los activistas que promueven la democracia, luego de que Beijing impusiera cambios en el sistema electoral de la región.

Los jefes de la diplomacia del Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos, así como de la Unión Europea, declararon en un comunicado que “piden a China y a las autoridades de Hong Kong que restablezcan la confianza en las instituciones políticas de Hong Kong y pongan fin a la opresión injustificada de quienes promueven los valores democráticos”.

Bajo influencia de Beijing, el Parlamento de la ex colonia británica aprobó el jueves una reforma que establece que sólo los “patriotas” pueden ocupar allí cargos Antes de que el Reino Unido le cediera el control a China en 1997, el territorio tenía garantizado un sistema independiente.

“Tal decisión indica claramente que las autoridades de China continental están decididas a eliminar las voces y opiniones disidentes en Hong Kong”, dijeron en su comunicado los países del G7 y la UE.

Las autoridades chinas quieren imponer una reforma electoral en la antigua colonia británica que les daría un derecho de veto de facto sobre los candidatos a favor de la oposición prodemocracia. Esta fue anunciada a finales de febrero y, según sus impulsores, el criterio para discernir a un “patriota verdadero” incluye el amor por el país, la Constitución y el Partido Comunista.

El distrito financiero de Hong Kong. REUTERS/Tyrone Siu

El distrito financiero de Hong Kong. REUTERS/Tyrone Siu

China también planea exigir a los concejales de distrito, muchos de los cuales son elegidos directamente por sus electores y tienden a ser más independientes políticamente, que prometan lealtad a Hong Kong como una región especial de China. Actualmente, solo el director ejecutivo, los altos funcionarios, los miembros del consejo ejecutivo, los legisladores y los jueces están obligados a prestar juramento.

Aquellos a quienes se descubra que prestan juramento de manera inapropiada o que no respetan la mini-constitución de la ciudad, la Ley Básica, serán descalificados y se les prohibirá postularse para cargos públicos durante cinco años, según el Secretario de Asuntos Constitucionales y Continentales, Erick Tsang.

El jefe de la Oficina de Asuntos para Hong Kong y Macao, Xia Baolong, dijo además que el sistema judicial también debería estar integrado por “patriotas”, lo que supone una clara alerta del intento del Gobierno chino de socavar la independencia de las cortes hongkonesas.

Al respecto, el comunicado del G7 insta a “confiar en que la población de Hong Kong emita su voto en el mejor interés de Hong Kong”. “Debatir las opiniones divergentes, y no silenciarlas, es la forma de garantizar la estabilidad y la prosperidad de Hong Kong”, agrega el documento.

Bajo la presión de las críticas occidentales, China justificó su plan como un segundo “golpe” necesario para “frenar eficazmente el caos” en Hong Kong, después de la controvertida ley de seguridad nacional del año pasado. Esa ley, diseñada para recuperar el control del territorio semiautónomo y poner fin a las protestas prodemocráticas, ya había provocado una serie de sanciones occidentales y la condena del G7.

Hong Kong fue escenario de multitudinarias manifestaciones prodemocracia, algunas de ellas violentas, en 2019 contra la interferencia de Beijing. Desde entonces, el gobierno chino ha reprimido duramente a la oposición, deteniendo a decenas de activistas e imponiendo la draconiana ley de seguridad nacional.